Punto de Vista. Berlín 1989. Crónica desde de dentro. Páginas de la Historia Contemporánea. “Situación de los países socialistas de Europa del Este , mediados de la década del 50 hasta el desmoronamiento “. (Final).
En los
países socialistas la situación se modificó notablemente desde la primera mitad
de los años 50. La economía con lenta recuperación da un salto al crecimiento y
pasado 20 años el PIB alcanza el 7 por ciento anual mientras Europa occidental lo
hacía al 4,6 por ciento, la renta percapita menor a causa del mayor crecimiento
poblacional, se exceptúa a la RDA. Alemania Oriental y Checoslovaquia resultan
los únicos países con algún nivel de industrialización antes de la guerra. No
obstante en los primeros años de la década del 70 hasta los de mayor atraso
lograron un mayor avance industrial entre ellos Rumania y Bulgaria. Los
resultados económicos en esa etapa propiciaron mejores condiciones de vida a la
población a ello se sumó un ambiente más flexible que incidió en mayor
legitimidad de los regímenes socialistas, la mejor época hasta fínales de los
sesenta.
Señalar que
el crecimiento no eliminó las desproporciones por cuanto la industria pesada
continuó predominando. En la primera mitad de los 60 la ingeniería mecánica, la
energía eléctrica y la química base constituyen la media para todos los países
del Este. Del tal manera en 1960 Checoslovaquia y la RDA estaban alejadas de
los resultados de la agricultura antes de la guerra. El nivel de crecimiento
fue extensivo con predominio de la mano de obra y las inversiones y no
incremento de la productividad a causa de la tecnología. Los síntomas del
descenso aparecen a principios de los 70, la pretensión de mejores resultados
económicos no serían posibles sin una transformación, descentralización y
diversificación de la industria, mayores inversiones en la agricultura,
modernización de la tecnología y resolver la incompetencia burocrática entre
otras medidas. Predominó una evaluación errónea sobre el supuesto desarrollo de
la sociedad y se idealizó la unidad política y moral sobre las transformaciones
económicas y el mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo y que de
forma expedita conduciría al cambio de la conciencia social. Esa creencia llevó
a mayores consecuencias de forma negativa, de demostró en cada uno de los
sucesos que estremecieron a los países del Este conduciendo a la agudización de
la división del movimiento comunista internacional. La dinámica de los
acontecimientos aumentó con la polarización dentro del partido y la
radicalización de las políticas y posiciones de los reformistas que empujaron
al campo conservador a fuerzas más moderadas. En esas condiciones el movimiento
alcanzó un límite no aceptable para la URSS. La crisis se agudiza con la
aparición de la Perestroika que al final condujo a la desintegración del bloque
socialista y de la propia Unión Soviética.
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