Punto de Vista. Berlín 1989. Desde dentro. Páginas de la Historia Contemporánea. “Yugoslavia en el centro mediático”. Continuación y final.
Dentro de
las estructuras partidistas y administrativas se habían presentado
manifestaciones nacionalistas moderadas con tendencias a buscar reconocimiento.
El proceso de descentralización económica promovido por la dirección del país
agudizó las diferencias entre las regiones y favorece a algunas repúblicas y
provincias con el incremento de la autonomía como medio de impulso a un mayor
desarrollo. Los movimientos nacionalistas y tendencias tomaron como base la
reacción de rechazo popular a la uniformidad pretendida a partir de Belgrado en
lo político y lo popular.
Ahora bien,
los acontecimientos de 1968 permiten a los albaneses de Kosovo el
reconocimiento de sus peculiaridades. La provincia fue declarada autónoma dentro
de Serbia con un estado a nivel de república. No faltaron gestiones del
gobierno central para mejorar las difíciles condiciones económicas del
territorio uno de los más atrasados de Yugoslavia. El ochenta por ciento de la población
de Kosovo es albanesa y también resulta origen histórico del pueblo serbio.
La Carta
Magna de 1963 se modificó con la reforma de 1974 -trató de satisfacer las
exigencias nacionalistas, fortaleciendo los poderes de repúblicas y provincias y
el incremento de la descentralización económica. Se establece que a partir de
la desaparición de Tito - preside vitalicio- la dirección del país tendrá un
carácter colectivo con representación de las repúblicas y provincias autónomas.
Se establecen otras medidas y reformas, la mayor sorpresa resulta la confesión
religiosa musulmana con estatus de nacionalidad. Cambios considerados por Tito
como garantía para la unidad del complejo y variado territorio yugoslavo. A
mediados de los setenta se acrecentaron las exigencias nacionalistas dando
lugar a un extendido proceso en el seno de la Liga de los Comunistas. Se
intensificó la propaganda y el culto a la personalidad de Tito, con su labor
integradora y de unidad. A la muerte del líder en 1980 la situación se agravó.
El deterioro económico, el endeudamiento progresivo del país y la difícil
coyuntura internacional incrementan el descontento popular y el desarrollo
impetuoso del separatismo. La división entre cuadros y militantes por la
defensa de la descentralización de una parte y los defensores de la unidad o
centralización. Los Congresos XII y XIII en 1984-86 intentan detener el
movimiento en desacuerdos pero el proceso de descomposición era irreversible.
La influencia de los acontecimientos en la URSS y los demás países del Este,
Milosevic trata de llenar el vacío dejado por Tito y con el respaldo de la
Iglesia Ortodoxa intentó preservar la unidad del país al imponer la hegemonía
Serbia. Proyecto contra las prerrogativas de las repúblicas y provincias
autónomas. Muy pronto Milosevic puso límites a la autonomía de Kosovo y de
Voividina - provincia Serbia con población de origen húngaro, extendía su
influencia a Montenegro.
Ante estos
planes y medidas se intensificó el separatismo aprovechando el descontento
popular a causa de la aguda crisis económica y el desorden imperante en el país
a finales de los ochenta.
La desintegración de lo que fue República
Federativa Socialista Yugoslava y el derrumbe del socialismo tuvo carácter
violento y traumático. Otro país del Este Europeo no vivió algo similar, quien
más se le acercó fue la URSS. Entre las causas se pueden señalar: las complejas
particularidades de un Estado multinacional, nuevos cambios del mapa
geopolítico de la península balcánica, inestable desde siempre y generadora de
conflictos que han llegado más allá de sus fronteras.